En nuestro último artículo hablábamos sobre la importancia de reducir el uso de plásticos, un paso que va mucho más allá de la tradicional buena costumbre del reciclaje. Aunque, como decíamos, el plástico ha supuesto un enorme avance para industrias como el transporte o la alimentación, entre muchos otros sectores, reducir su uso es una de las claves del desarrollo sostenible.
Todos hemos oído hablar alguna vez de las anillas de plástico que se usan para agrupar las tan comunes latas de bebidas: supuestamente hemos de romperlas antes de tirarlas a la basura o al cubo del reciclaje. Pues bien, se trata a todas luces de una leyenda urbana. Este elemento secundario de packaging se popularizó a lo largo de la década de los 70 y entonces supuso un problema medioambiental. Sin embargo, desde los años 90 existen leyes que obligan a los fabricantes a manufacturar estas anillas con materiales fotodegradables, es decir, que se desintegran en el plazo —relativamente corto— de unas semanas.
De todas formas, este mito se sigue extendiendo como toda leyenda urbana que se precie y, aunque el efecto de trocear estas anillas no aporte demasiado desde el punto de vista medioambiental, sí que puede contribuir a acelerar su desintegración.
El enfoque óptimo para el medio ambiente, como decíamos, está más en la reducción de uso o incluso en la eliminación del plástico que en su reciclaje, por eso resultan más que adecuadas acciones como la que tomaba el verano pasado la conocida marca de cervezas Carlsberg. A través de un pegamento de cierta complejidad tecnológica, las latas se unen entre sí sin necesidad de utilizar plásticos. Con esta medida, Carlsberg espera reducir su uso de plástico hasta en un 76% respecto a los packs tradicionales.
La reducción de plásticos no es la única medida que la marca ha puesto en marcha en pos de la sostenibilidad. A través también de la tecnología, ha conseguido desarrollar unas tintas plateadas certificadas en sus etiquetas que consiguen mejorar la reciclabilidad de las mismas, así como un tratamiento para sus botellas de vidrio retornables que extiende su tiempo de vida útil.
El desarrollo tecnológico es sin duda un aliado para el desarrollo sostenible, y apostar por la sostenibilidad permitirá a las compañías seguir facturando en el futuro. Venimos de una concepción del mercado, la industria y la prosperidad que enfocaba el crecimiento sin tener en cuenta las consecuencias de éste en el entorno. En el punto en el que nos encontramos actualmente, tanto desde el punto de vista medioambiental como desde el punto de vista social, debemos apostar por inversiones que aseguren al mismo tiempo el futuro del planeta, de sus habitantes y de las compañías que operan en él. Solo teniendo en cuenta estos tres ejes —el ambiental, el humano y el económico— podremos avanzar en materia de sostenibilidad y generar un nuevo modelo industrial sostenible en el tiempo.