La publicidad en el lugar de venta o PLV se define como cualquier forma de publicidad diseñada con la intención de influir sobre el consumidor en el interior de un establecimiento. Dentro de esta definición podemos considerar los carteles, displays, stoppers o especialmente expositores. Es decir, la publicidad en el lugar de venta se basa concretamente en materiales físicos dirigidos a dar a conocer una marca, producto o promoción.
El hecho de estar basada en materiales físicos hace que la PLV tenga que cumplir una serie de características para resultar rentable y funcional: debe ser fácil de producir, montar, desmontar y transportar; es decir, además de ser ligero, su volumen debe estar optimizado para su paquetización y traslado. A la hora de diseñarla, hemos de tener en cuenta que una pieza de PLV debe aumentar el valor añadido de los productos presentados para conseguir llamar la atención del cliente.
El objetivo de un elemento de PLV es el de favorecer la venta llamando la atención del cliente e influyendo en la decisión de compra. Podemos encontrar estos elementos en casi cualquier tipo de establecimiento en el sector del retail —generalmente supermercados e hipermercados—, también en comercios especializados —farmacias, estancos, perfumerías, etc.—, grandes almacenes, tiendas de conveniencia e incluso en el sector HORECA.
La publicidad en el lugar de venta es una técnica que lleva décadas utilizándose en el interior de los establecimientos. Su popularización ha dado lugar a cierta saturación en el mercado y por eso no nos resulta extraño ni llamativo encontrar mobiliario promocional en el interior de tiendas. Debido a esto, sin duda uno de los principales retos a los que se enfrenta en la actualidad la PLV es el de la diferenciación. ¿Cómo podemos conseguir esta diferenciación desde una marca y frente a otras en un entorno saturado y de altísima competitividad?
La evolución de la PLV
La digitalización, sin duda, es una de las grandes herramientas a la hora de conseguir que un concepto como el de PLV evolucione en los próximos años. Cada vez es más común encontrarnos con la llamada PLV digital, que no es más que la aplicación de tecnologías a las ya clásicas piezas publicitarias. Esta tecnología puede ser desde la más sencilla —pantallas táctiles o tablets integradas en el propio mueble— hasta la más compleja —con soluciones de realidad aumentada (AR), realidad virtual (VR), balizas informativas que interactúen con el teléfono móvil del usuario, etc.—.
Mediante la tecnología, el límite en la evolución de la PLV está en la imaginación. A través de todo tipo de soluciones interactivas, audiovisuales, de gamificación, etc., será posible innovar en la forma de llegar al consumidor, por lo que el de la publicidad en el lugar de venta es sin duda un campo abierto a la evolución que nos deparará muchas sorpresas en el futuro inmediato.